JABALÍ
La pandemia, el confinamiento me está haciendo ver actitudes y conductas inusuales en mis conciudadanos (muchos de los cuales no había visto en mi vida) que serían apropiadas para un estudio de sociología comparada, tal vez de psicología y patologías del espíritu. Los ERTE, que en realidad son un dato de paro encubierto, provocan que la gente salga a pasear por el campo. Gente que, como ya he dicho, no he visto en mi vida, gente a la que no le gusta pasear. Pero a falta de otra ocupación, con semblante de circunstancias, salen al aire libre y dan su paseo para no tener que pensar en otras cosas; por ejemplo: la que se nos viene encima, no sólo a ellos, autónomos principalmente... A mí también, porque nos movemos en el vaivén de la misma tormenta, el mismo barco.
Yo, más o menos, he seguido haciendo mi misma vida. Me he ido gestionando esta agobiante falta de libertad siguiendo casi las mismas pautas de antes de la pandemia. Salir al monte, correr, contemplar el río, tocar la guitarra, componer, escribir... aunque haya tenido que desplazarme de tapadillo y arriesgar 600 euros de multa, una cantidad digna de un país totalitario. (No he visto que se persiga a los delincuentes habituales, drogotas, ladrones, terroristas y camellos con semejante dedicación e inquina; en fin, pero ese es otro tema).
JABALÍ salió directamente de una experiencia impregnada por el pánico, tal vez por el agotamiento físico. Como explico debidamente en SOUNDCLOUD, que es la plataforma digital donde cuelgo mis canciones, me metí sin saberlo en medio de una cacería de jabalís, que por estos lares resulta que son una plaga que arruina los cultivos y las huertas. Es lo que pasa cuando eliminas a los depredadores. Como siempre en mis composiciones, instrumentales o cantadas, trato de contar una historia; o al menos, construir una metáfora de la vida aprovechando el hilo del relato.
Al igual que el resto de los grupos (así es, al menos, de entre los considerados amateurs) la pandemia nos ha apartado no sólo de los escenarios, también lo ha hecho de los ensayos. Esto es mucho peor, naturalmente: porque pierdes la química necesaria para que las canciones suenen como un bloque, no como partes sueltas y sin coordinación emocional. En cualquier caso, mi manera de concebir y componer, de estructurar, relatar y grabar ha variado poco. Y el hecho de no dedicarme plenamente a la guitarra en el entorno activo del grupo y los ensayos (en E-NATIVA, los relatos y el germen de los temas siempre han sido cosa de Luis) me ha hecho retomar mis orígenes de cantante folkie y obligado a coger la pluma y devanarme los sesos para contar una historia con palabras, no con melodías, armonías y estructuras rítmicas. A parte de ello, como me gusta... considero imprescindible relacionar una buena imagen con la música que presento he decidido colaborar con Félix (amigo de juventud, de andanzas y trabajos, y artista local) para que me mande una colección de imágenes que sólo él puede lograr. De esta sinergia (historia, experiencia directa, fotografías y música) nace JABALÍ. Y a falta de ensamblar el tema en toda su extensión, ofrezco aquí las partes más relevantes. El asunto de la grabación fina y una mezcla equilibrada es harina de otro costal. Espero que os guste.
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