martes, 6 de diciembre de 2022

HOTEL NARBONETA

 




En la plataforma para creadores independientes y solitarios (al menos, eso me parece a mí) que es SOUNDCLOUD, existe ahora la posibilidad de masterizar el tema. Previo desembolso de unos módicos 4 € (o un aumento de la cuota anual de suscripción: 11€ al mes), la plataforma pone a tu disposición cuatro marcos diferentes para masterizar: de un tratamiento específico para los bajos retumbantes a una escena de colorido etéreo especialmente indicada para temáticas sinfónicas. Aparte de la artesana labor de la mezcla (que dependiendo de la complejidad de la canción puede resultar extenuante), después sigue la no menos compleja tarea de la masterización. Es decir, embutir la canción en un marco de color, textura y dinámicas coherentes, estables. El mismo volumen, la misma sensación de espacio y profundidad y amarrar esos sonidos y frecuencias que destacan demasiado sobre el resto. En una canción sola, como aquí es el caso, el hecho de masterizar o no carece de importancia: una simple mezcla bien hecha, equilibrada y con la suficiente claridad, basta; pero la cosa cambia cuando se trata de agrupar una conjunto de canciones en un CD, lo que, al menos hace unos años, se conocía como Álbum. Resulta imprescindible dotar a esas 8, 10 ó 14 canciones de esta coherencia que acabo de explicar. Imaginaos que cada track del CD sonara con un volumen diferente; y que uno sonara como si se hubiese grabado al aire libre y otro en un estudio con una reverberación exagerada tipo hall o iglesia. En fin: SOUNDCLOUD ha implementado una aplicación que masteriza la pista que cuelgas automáticamente, ofreciendo para ello cuatro marcos de textura y color en la encuadrarla, dependiendo si haces hip hop, heavy metal o música sinfónica... Previo desembolso de 4€ o un aumento sustancioso de la cuota mensual (11€; antes de esto pagaba 7) te ofrece la posibilidad de masterizar el tema. Se consigue de este modo (lo venden de esta manera) una dinámica estable desde principio a fin (se bajan los picos y distorsiones, se suben las partes flojas) y hace que la canción suene más o menos igual en todos los equipos de reproducción. Si bien es cierto que se consigue lo de los picos, en líneas generales ello va en detrimento de los matices y la claridad, no importa el marco de textura/espacio que se elija. De manera que el resultado global a mí no me resulta satisfactorio. Puede que sea consecuencia de la música que hago, esencialmente guitarrera: si lo comprobáis, la mayoría de autores cuelgan música tecno, dance y variantes: son muy pocos los que ofrecen rock, folk o heavy metal. La medida a tomar pues por mi parte es cancelar la suscripción PRO y seguir en modo gratuito, que resulta para la cantidad que material del que dispongo, ciertamente insuficiente. Veremos.

LA CONSTRUCCIÓN DE LA LUZ

Y luego siempre está aquello que no se puede explicar: el hecho de componer, pensar, sentir y construir una expresión de la  nada. En el recuadro para texto de SOUNDCLOUD explico los detalles de la actual composición. Se me ocurrió nada más arribar a casa tras esta fabulosa excursión en solitario por uno de los tramaos más enigmáticamente bellos del Cabriel: las conocidas como Chorreras de Víllora/Enguídanos. Sabía que existían por los mapas que tengo de la zona (mapas que poseo desde hace 30 años) y por el clásico boca a boca, pero nunca había ido exprofeso hasta una Semana Santa de hace 4 años que las visité y recorrí acompañado de mi mujer y mi hija pequeña. Elegí mala época, porque aquello parecía una manifestación. En cualquier caso, sendero arriba, nos fue posible conseguir un poquito de soledad. Bien. Cuatro años más tarde, en esta época triste y postpandémica (menos para el socialismo fiel y semi estúpido) decido aventurarme por estos espacios rebosantes de soledad y geología. Una lección en vivo de formaciones tobáceas que sólo los siglos y el paciente aunque bravo discurrir del río han conseguido modelar. Hoy hay un parking habilitado junto a la carretera de Cardenete y señales informativas sobre los pormenores geológicos de lo que vemos; y lo más importante: es sábado, pero aparte de una familia en autocaravana que se acaba de despertar y se prepara para la excursión, salgo hacia la ruta sin encontrarme a nadie en todo el recorrido. Ante la belleza del entorno y esa sensación inexplicable y no menos poderosa de sentirse completamente solo en mitad del monte, con el río fluyendo a tus pies y el sonido del agua, recojo la cosecha espiritual suficiente como para sembrar en casa un conjunto de experiencias en forma de sonido. Es todo. El río, la foresta, la visión de Víllora cuando tomas la cuesta abajo por la carretera (kms antes de Enguídanos), allá metida entre poderosos y pinariegos montes; Enguídanos y su castillo medieval, el airoso promontorio donde se asienta el cementerio; la vuelta por el camino de la Pesquera que bordea el embalse... Toda una serie de visiones que luego podré trasladar al sonido. Cada cual construye la luz a su manera. La mía no es ni mejor ni peor que otras. Pero cuando miro atrás tomo conciencia de que ya es una constante vital el hecho de que salir a la Naturaleza lleve aparejado un periodo de creatividad que a duras penas puedo contener. Cada paisaje me sugiere una temática diferente; cada inmersión en lo remoto me lleva por caminos interiores inexplorados.


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